Generalmente y en la mayoría de los casos, nuestra vida es regida por nuestros deseos e intenciones: una mezcla entre pensamientos y emociones.
Todo lo que hacemos lo llevamos acabo con una finalidad o resultado.
Siempre hay algo que necesitamos o anhelamos.
Pero…alguna vez reflexionaron que aquello que necesitamos obtener o alcanzar no es más que la necesidad de alimentar un deseo?
Se dieron cuenta que no hay nada fuera nuestro que nos pueda saciar aquel deseo?
Cuando obtenemos lo queremos, tememos en perderlo.
Cuando perdemos aquello que tenemos, queremos obtener algo nuevo.
Y cuando obtenemos eso nuevo, probablemente temamos nuevamente en perderlo.
Y…el Juego de la Vida sigue sin cesar.
Por qué? Por que todo esta destinado a Cambiar: un flujo continuo.
Los pensamientos fluyen sin cesar.
Las emociones fluyen sin cesar.
Hasta nuestro propio cuerpo físico se regenera en un período de tiempo.
Todo lo que viene tiende a irse.
Así como nacemos, también morimos.
Todo lo que hagamos con el afuera, no es más que un Juego: El Juego de la Vida.
Hay juegos por aquí…y otros por allá.
En todos experimentamos placeres; tanto felicidad como sufrimiento.
Pero hasta cuando seguiremos jugando?
Lo único que nos puede compenetrar y alimentar interiormente es aquella llama interna que llamamos Amor.
La Llama que no se extingue.
La Llama que perdura.
Ese Amor que una vez identificado y experimentado hasta su último resplandor, se derrama para tocar los corazones de todos los Seres plantarios.
Déjense guiar por sus deseos.
Déjense guiar por sus emociones.
Déjense guiar por sus pensamientos.
Jueguen todo aquello que necesiten…
Pero cuando se cansen de todo eso y no encuentren respuestas en lo externo, vuélvanse a su interior.
Reconozcan La Llama que llevan dentro e Iluminen el Universo con su Amor.
Que el Cristo que llevan dentro los Ilumine y acompañe en su camino.
Con Amor,
GDF.
Escrito por: Gastón de Forteza
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