lunes, 2 de noviembre de 2009

ESTRUCTURA DEL UNIVERSO

Hecho el anterior preámbulo, y contemplando lo expresado en el capítulo anterior, pero ahora hacia lo grande, “hacia arriba”, veremos que este átomo cósmico que es el Sistema Solar en que se ubica este mundo, a su vez conjuntamente con otros miles de millones y millones de sistemas solares conforman un cuerpo inimaginablemente gigantesco, cuyo cuerpo mayor, con todo, no pasa de ser solamente una insignificante partícula frente al universo, sólo que ahora cósmica, que está formada de todo lo que he dicho en los capítulos precedentes, y así, se repite en forma infinita, parte a parte, todo lo que he expuesto, lo que conforma una misma e igual cadena interminable, pero siempre partiendo de los átomos, hasta llegar al punto de que este universo es un organismo gigante vivo.

Por ello debemos de tomar en cuenta que, así como existen otros seres mas pequeños que nosotros, y que no notan nuestra presencia porque somos grandísimos para ellos, y algunos otros menos los vemos porque son incluso microscópicos para nosotros, que por lo mismo no los notamos ni nos advierten, existen a su vez otros, a los cuales tampoco distinguimos, pero porque frente a ellos pasamos a ocupar el lugar de esos seres pequeños y microscópicos, y de esta forma es que al alzar la vista hacia el Cielo solo vemos estrellas y planetas, muy lejanos para la humanidad, de manera que este sistema solar, que para ustedes es grandísimo, tanto, que la humanidad no ha llegado aún a los planetas mas lejanos de este sitio cósmico, no es sino un modesto átomo cósmico, y es por esto que no le ven forma de nada al Universo que contiene tantas formas de vida, y así, lo único que captan mas o menos es este mundo, en el que solo ven personas, al igual que átomos de un mismo o parecido tamaño ven solo átomos, pues como lo he mencionado antes, cada ser tiende por regla general a percibir a su igual, mas no al ser que le sigue en tamaño hacia arriba o hacia abajo, ya que le resulta difícil delimitarlo y percibirlo en su forma y estilo de vida, por no decir que imposible en atención a su estatura, dado el sitio en que se encuentran existiendo, y la desproporción que por lo mismo guardan en relación con ellos y su ciclo de existencia.

Esto ocasiona que se ignore por una buena parte de su humanidad que nada en la vida es inerte ni está muerto sino que todo tiene vida, sin embargo, jamás se les ha ocurrido pensar que este, su planeta Tierra, es un ser viviente, que siente, que sufre nuestras acciones y omisiones, pero a su humanidad no le interesa saber nada de esto, ni tampoco estudiarlo para saber si se comunica, si ya comió o si tiene hambre, y en todo caso, ¿qué es lo que come?, etc., sino que lo único que interesa de el dicho planeta es saber cuánto dinero puede producir tal o cual parte de éste, ya que este planeta es prácticamente considerado únicamente como mercancía, sin saber cuantos ayes de dolor le arrancan al extraerle sus recursos naturales en su afán de ganar dinero, ni cuanto daño le causan con su forma de vida y “civilización”, y con ello a su medio ambiente, a ustedes mismos, a sus familias, a los demás habitantes de este mundo, y en general, al universo en que la Tierra se encuentra, pero lo que no piensan, o no saben, es que también se lo causan consecuentemente a los demás planetas y habitantes de los mundos existentes dispersos en su eterna infinitud.

Y así, es inconcebible que inviertan cantidades increíbles de dinero en armamentos y reservas nucleares con la finalidad de sojuzgar unas naciones a otras, o que tiren al mar la sobreproducción de cosechas y otros productos para poder mantener un precio y no tenerlo que bajar por la ley de la oferta y la demanda, en lugar de donarlo a países que sufren hambre, y que talen inmisericordemente montes y bosques que de sobra saben les sirven como pulmón al planeta, solo para obtener dinero al convertir su madera en muebles y artículos que les darán dinero, ocasionándole resequedades comparables o similares a lo que se denomina jiote, como sucede cuando crean nuevos centros de población, nuevos fraccionamientos, en que abunda el concreto en lugar de vegetación, o quizá que maten animales solo por sus colmillos o por su sabor, extinguiendo especies completas al cazarlas, como ocurre también plantar pinos que luego destruyen, que talan, en cada navidad, llevando a sus hogares cadáveres de arbolitos que con tanta dificultad y tiempo invertido en ello crecen, o de la misma forma al sacar el petróleo de las entrañas de la Tierra, cuando podrían usar su alta tecnología en forestar desiertos, generar nuevos pulmones naturales para la Tierra y la humanidad, pero el egoísmo y el afán por la riqueza y el poder son mas importantes, sin importarles que están acabando con este mundo, con el mundo de ustedes y de sus hijos, cerrando la posibilidad a generaciones futuras.

Tampoco les importa en lo mas mínimo la ecología superior, que es la que se da hacia el cielo, hacia lo que llaman el Universo, el Infinito, pues el término ecología no se refiere solamente a la vida de este mundo ni a una especie terráquea en particular, sino a todo aquello que se encuentra concatenado formando un equilibrio, un Gran Todo, y como todo en el Universo se encuentra interrelacionado formando un equilibrio, luego, entonces, la ecología abarca todo hacia arriba y hacia abajo, en una cadena interminable, eterna e infinita, de manera que lo que hacen con, y de su mundo, afecta e involucra irremisiblemente a toda forma viviente a lo largo y ancho del Universo, en primer término a ustedes mismos, así como a las humanidades que habitan en los mundos siderales, a quienes llaman “extraterrestres”, o sea, de mas allá de la Tierra, así como a los mundos superiores, en forma similar a cuando al dar un golpe al lado de un árbol ocasionamos que tiemblen sus hojas mas altas.

Pero también se afecta a los “Intraterrestres”, civilizaciones que existen dentro de este planeta, ya que la Tierra, como supongo que saben, es hueca y tiene habitantes, de cuyo tema me reservo para hablar en otra ocasión.

Y en éste orden de ideas, átomos cósmicos mejor conocidos como sistemas solares conforman moléculas cósmicas llamadas… por decir algo… constelaciones… las cuales a su vez integran cuerpos cada vez mas grandes, de forma que, partiendo del principio hermético de correspondencia, que expresa lo dicho anteriormente, o sea, que: “Como es arriba es abajo”, “como es lo grande, es lo pequeño”, “como es adentro es afuera”, "como es el centro es la periferia", y “como es en un lado lo es en otro”, sin duda se arriba a la conclusión de que éstas a su vez conforman finalmente a el organismo gigante mencionado en párrafos anteriores, al que para evitar problemas o estudios denominan cosmos, universo o como quieran llamarle, en el cual innegablemente estamos metidos, y en el que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, que por lo mismo está vivo, siente, etc., y dentro del cual no llegamos nosotros ni siquiera a la calidad de microbio, pues aun ni la Tierra ni este sistema solar lo serían, al que no le vemos forma de nada, que creemos que es solo aire, o estratosfera, o el infinito, o el gran vacío, la nada, pero que es el gran contenedor de este átomo en que vivimos, que es nuestro sistema solar, de las estrellas y planetas mas lejanos, galaxias, vías lácteas, constelaciones, nebulosas, y lo que podamos imaginar, junto con los seres que en cada uno de ellos existimos, no es sino un organismo individual, para nosotros inconmensurablemente gigantesco, tan gigantesco como resultaba ser nuestro padre cuando vivíamos en su interior en calidad de espermatozoide, que al igual que usted y yo, y que aunque suene fantástico, repito y hago hincapié en ello:

¡Está vivo!

Autor: Lic. Raúl Reynoso Bucio.
**Bekram**
**Hombre De Las Estrellas**

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