jueves, 24 de septiembre de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

jueves 24 Septiembre 2009
Jueves de la Vigésimoquinta semana del Tiempo Ordinario

Nuestra Señora de la Merced, San Pacífico de San Severino, San Gerard (Gellert)



Leer el comentario del Evangelio por
San Clemente de Roma : Dios se da a conocer en Jesús, su Hijo amado

Lecturas

Ageo 1,1-8.
En el segundo año del rey Darío, el primer día del sexto mes, la palabra
del Señor fue dirigida, por medio del profeta Ageo, a Zorababel, hijo de
Sealtiel, gobernador de Judá y a Josué, hijo de Iehosadac, el Sumo
Sacerdote, en estos términos:
Así habla el Señor de los ejércitos: Este pueblo dice: "Todavía no ha
llegado el momento de reconstruir la Casa del Señor".
Y la palabra del Señor llegó, por medio del profeta Ageo, en estos
términos:
¿Es este acaso el momento de que ustedes vivan en sus casas revestidas de
madera, mientras esta Casa está en ruinas?
Ahora bien, así habla el Señor de los ejércitos: ¡Consideren la situación
en que se encuentran!
Ustedes han sembrado mucho, pero han cosechado poco; han comido, pero no se
han saciado; han bebido, pero no han apagado su sed; se han vestido, pero
no se han abrigado; y el asalariado ha puesto su jornal en saco roto.
a Así habla el Señor de los ejércitos:
Suban a la montaña traigan madera y reconstruyan la Casa; yo la aceptaré
gustoso y manifestaré mi gloria, dice el Señor. ¡Consideren la situación en
que se encuentran!


Salmo 149(148),1-2.3-4.5-6.9.
¡Aleluya! Canten al Señor un canto nuevo, resuene su alabanza en la
asamblea de los fieles;
que Israel se alegre por su Creador y los hijos de Sión se regocijen por su
Rey.
Celebran su Nombre con danzas, cántenle con el tambor y la cítara,
porque el Señor tiene predilección por su pueblo y corona con el triunfo a
los humildes.
Que los fieles se alegren por su gloria y canten jubilosos en sus fiestas.
Glorifiquen a Dios con sus gargantas y empuñen la espada de dos filos:
Así se les aplicará la sentencia dictada: esta es la victoria de todos tus
fieles. ¡Aleluya!


Lucas 9,7-9.
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy
desconcertado porque algunos decían: "Es Juan, que ha resucitado".
Otros decían: "Es Elías, que se ha aparecido", y otros: "Es uno de los
antiguos profetas que ha resucitado".
Pero Herodes decía: "A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del
que oigo decir semejantes cosas?". Y trataba de verlo.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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