martes, 13 de octubre de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

martes 13 Octubre 2009
Martes de la Vigésimoctava semana del Tiempo Ordinario

San Eduardo III, Beata Alejandrina María da Costa, Devoción Mariana: Nuestra Señora de Zapopan



Leer el comentario del Evangelio por
Beata Teresa de Calcuta : «Dad limosna de lo de dentro y así lo tendréis limpio todo»

Lecturas

San Pablo a los Romanos 1,16-25.
Yo no me avergüenzo del Evangelio, porque es el poder de Dios para la
salvación de todos los que creen: de los judíos en primer lugar, y después
de los que no lo son.
En el Evangelio se revela la justicia de Dios, por la fe y para la fe,
conforme a lo que dice la Escritura: El justo vivirá por la fe.
En efecto, la ira de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad y la
injusticia de los hombres, que por su injusticia retienen prisionera la
verdad.
Porque todo cuanto de se puede conocer acerca de Dios está patente ante
ellos: Dios mismo se lo dio a conocer,
ya que sus atributos invisibles -su poder eterno y su divinidad- se hacen
visibles a los ojos de la inteligencia, desde la creación del mundo, por
medio de sus obras. Por lo tanto, aquellos no tienen ninguna excusa:
en efecto, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron ni le dieron
gracias como corresponde. Por el contrario, se extraviaron en vanos
razonamientos y su mente insensata quedó en la oscuridad.
Haciendo alarde de sabios se convirtieron en necios,
y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes que representan a
hombres corruptibles, aves, cuadrúpedos y reptiles.
Por eso, dejándolos abandonados a los deseos de su corazón, Dios los
entregó a una impureza que deshonraba sus propios cuerpos,
ya que han sustituido la verdad de Dios por la mentira, adorando y
sirviendo a las criaturas en lugar del Creador, que es bendito eternamente.
Amén.


Salmo 19(18),2-3.4-5.
El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus
manos;
un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia.

Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz,
resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los confines del
mundo. Allí puso una carpa para el sol,


Lucas 11,37-41.
Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús
entró y se sentó a la mesa.
El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera
la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia.
¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?
Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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