domingo, 4 de octubre de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

domingo 04 Octubre 2009
Vigésimoseptimo Domingo del Tiempo Ordinario

San Francisco de Asís



Leer el comentario del Evangelio por
Concilio Vaticano II : «Dejad que los niños se acerquen a mí»

Lecturas

Génesis 2,18-24.
Después dijo el Señor Dios: "No conviene que el hombre esté solo. Voy a
hacerle una ayuda adecuada".
Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales
del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para
ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre
que le pusiera el hombre.
El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves
del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la
ayuda adecuada.
Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y
cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar
vacío.
Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una
mujer y se la presentó al hombre.
El hombre exclamó: "¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi
carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre".
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los
dos llegan a ser una sola carne.


Salmo 128(127),1-2.3.4-5.6.
Canto de peregrinación. ¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien.
Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como
retoños de olivo alrededor de tu mesa.
¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor!
¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que
contemples la paz de Jerusalén
y veas a los hijos de tus hijos! ¡Paz a Israel!


Hebreos 2,9-11.
Pero a aquel que fue puesto por poco tiempo debajo de los ángeles, a Jesús,
ahora lo vemos coronado de gloria y esplendor, a causa de la muerte que
padeció. Así, por la gracia de Dios, él experimentó la muerte en favor de
todos.
Convenía, en efecto, que aquel por quien y para quien existen todas las
cosas, a fin de llevar a la gloria a un gran número de hijos,
perfeccionara, por medio del sufrimiento, al jefe que los conduciría a la
salvación.
Porque el que santifica y los que son santificados, tienen todos un mismo
origen. Por eso, él no se avergüenza de llamarlos hermanos,


Marcos 10,2-16.
Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta
cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?".
El les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?".
Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y
separarse de ella".
Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue
debido a la dureza del corazón de ustedes.
Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.
Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre,
y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino
una sola carne.
Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".
Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre
esto.
El les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete
adulterio contra aquella;
y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete
adulterio".
Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos
los reprendieron.
Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a
mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como
ellos.
Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará
en él".
Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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