De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de
crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que
quieren dirigir tu vida por el camino perdido.
Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la
vida es aquí y ahora mismo. Que nada te distraiga de ti mismo, debes
estar atento(a) porque todavía no gozaste la más grande alegría, ni
sufriste el más grande dolor.
Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en
el Nuevo día. Vive de instante en instante, porque eso es la vida. La
Biblia dice que todo tiene su tiempo en el libro de Eclesiates cap.3
¿Cómo no gozar y respetar este momento? Se gana y se pierde, se sube
y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por
qué te preocupas tanto?. No te sientas aparte y olvidado(a), todos
los que tenemos a Cristo en el corazón somos la sal de la tierra.
En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno.
Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que
vivir contigo mismo(a) por la eternidad, borra el pasado para no
repetirlo, para no abandonar como otros lo hacen, para no
desanimarte, para no tratarte como te trataron otros; pero no los
culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te
liberarás de esas cadenas. Si estás atento(a) al presente, el pasado
no te distraerá, entonces serás siempre nuevo(a).
Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está
siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante,
pero no digas ¡NO PUEDO! ni en broma, porque el inconsciente no tiene
sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que
lo intentes. Si quieres
recuperar la salud, ABANDONA la crítica, el resentimiento y la culpa,
responsables de nuestras enfermedades. PERDONA a todos y perdónate a
ti mismo(a), no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada
como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto
para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica
(agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te
disgusta.
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida,
es distraerse de ella. El bien y el mal viven dentro tuyo, alimenta
más al bien para que sea el VENCEDOR cada vez que tengan que
enfrentarse. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de
lo que nos sucede es en vano. NO TE QUEJES, recuerda que naciste
desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas, ya son
ganancia. Cuida el presente, porque en él vivirás el resto de tu
vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser, será, y
sucederá naturalmente. "Ama hasta convertirte en lo amado, es más,
hasta convertirte en el amor".
Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el(la) que hace lo que ama,
está benditamente condenado(a) al éxito, que llegará cuando deba
llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas
nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá
plenitud, y en esa plenitud todo es posible.
Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes
hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con
los demás. Recuerda a Jesús: ¿Amarás al prójimo como a ti mismo?.
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa
criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo a ser
feliz, porque la felicidad es una adquisición. Además, la felicidad
no es un derecho sino un deber, porque si no eres feliz, estás
amargando a todo el barrio. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni
valor para vivir, mandó a matar seis millones de hermanos judíos.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan
corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la
nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate
italiano, la baguette francesa, los tacos mexicanos, los mares y los
ríos, el fútbol de los brasileros, Las Mil y Una Noches, la Divina
Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, y las creaciones de Whitman,
Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven, Caravaggio, Rembrant, Velásquez,
Picasso y Tamayo entre tantas maravillas.
No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita,
ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te
ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura,
como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin
medida y te darán sin medidas. Ama hasta convertirte en lo amado, más
aún hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan
unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota
porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero
por cada bomba que destruya hay millones de caricias que alimentan a
la vida.
Hace 5 años
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