sábado, 22 de agosto de 2009

AFINACION MENSUAL DE LA CONCIENCIA DE LA KABBALAH

Estamos en el comienzo del mes kabbalístico de Elul, mejor conocido como el mes del arrepentimiento.

En un nivel simple, puede entenderse que en el próximo mes de Tishrei (el signo de Libra), seremos juzgados. Por lo tanto deberíamos purificarnos antes. Pero hay un secreto más profundo acerca de este mes.

El Creador imbuyó cada mes con una esencia y Luz distintas. En el mes de Elul las Puertas del Cielo están abiertas y el Creador está más cerca de todos nosotros. Los kabbalistas dicen, “el Creador está cerca de todos aquellos que lo llaman . . . ”. Esto se refiere al mes de Elul. Este mes es un regalo, no lo dejes pasar sin sacar todo el provecho de él.

Puedes abrir este regalo viendo dentro. Este mes juzga tu vida, en el sentido más real de la palabra. Mira el año que se ha ido y evalúa dónde estabas espiritualmente y dónde quieres estar. Reflexiona en lo que hiciste y en lo que desearías no haber hecho. Luego piensa en maneras de rectificar tus acciones.

Y no obstante sé, mientras escribo esto, que juzgarse a uno mismo es muy difícil. Muy difícil.
Hay una parábola de Rav Yehudá Leib Lazarov que puede ayudarnos a entender los trucos que el “lado negativo” nos jugará:

Un simple granjero llenó su carreta con la cosecha de ese año. Había muchos atados y él quería ponerlos en su granero. Abrió las puertas del granero y jaló a los caballos de las riendas

Los caballos cupieron dentro del granero, pero la carreta se atoró. La carreta estaba tan llena con los fardos que simplemente no cabía por la puerta. En vano, el granjero azotó a los caballos pero, por supuesto, la carreta no se movió.

Un tipo bromista pasó por ahí y le dijo: “¿Por qué golpeas a tus caballos sin razón? ¿No ves que los fardos no caben por la puerta?”.

El granjero le preguntó, “¿Qué puedo hacer?”.

El tipo le respondió “Cómprame estos binoculares; éstos alargan todo los que ves, así que cuando veas la apertura, crecerá. De esta forma podrás meter la carreta sin mucha dificultad”.
El granjero compró los binoculares y el individuo continuó su camino. El granjero miró la apertura a través de los binoculares, ¡y quién lo iba a decir! Estaba sumamente grande. El granjero entonces jaló de las riendas de los caballos y estos continuaron inmóviles. Así que golpeó a los caballos otra vez, y no hubo movimiento. Se dijo a si mismo,

“El espacio es tan grande, pero ¿por qué entonces la carreta no pasa?” Llamó al tipo bromista: “Espera ¿Por qué está la carreta atorada todavía?”.

El hombre respondió, “Tonto, ¿qué no entiendes? ¡La apertura es más grande, pero si miras los fardos con los mismos binoculares verás que éstos también han crecido!”.

El granjero miró el trigo a través de los binoculares y vio que era verdad: La apertura era más grande, pero también los fardos. Todo era igual que antes. Él exclamó y dijo “No me has ayudado en nada. ¡Toma los binoculares y regrésame mi dinero!”.

El tipo le respondió, “¡De ninguna manera! Cuando veas el trigo, deberás invertir los binoculares y mirarlo por el otro lado, que minimiza todo, ¡y todo saldrá bien!”.

El bromista esperó hasta que el granjero invirtió los binoculares y miró el trigo. La expresión del granjero fue de felicidad, ya que verdaderamente el trigo había encogido dramáticamente. El bromista desapareció rápidamente.

El granjero enfocó su mirada a través del reverso de los binoculares y tiró de las riendas de los caballos. Éstos jalaron, pero no avanzaron. Él los azotó pero no pasó nada.

El granjero estaba estupefacto; no podía entender qué había ocurrido. Miró la apertura con los binoculares, y era ¡tan grande!, luego los invirtió y los fardos de trigo eran ¡tan pequeños!. La apertura es tan grande y el trigo tan pequeño, y aún así la carreta no entra. . .

Mientras tanto un hombre más sabio pasó por ahí y vio al granjero mirando a través de los binoculares, y azotando a sus caballos por nada. Él le dijo al granjero, “Tonto, ¿no entiendes que los binoculares no cambiarán la realidad?”.

El granjero preguntó: “¿Qué puedo hacer entonces?”.

El hombre respondió, “¡En relidad es muy sencillo! Quita fardos de la carreta de manera que el resto quepa por la abertura fácilmente”.

Cuando escuchamos historias acerca de gente insensata. Puede ser que nos preguntemos, “¿Cómo puede alguien ser tan estúpido?”. Pero una vez que entendemos la parábola, vemos que nosotros somos los tontos. Nosotros somos este simple granjero.

Desafortunadamente, hay una razón por la que somos apáticos durante el mes de Elul: sabemos que no somos perfectos. Todos sabemos que nos acercamos al día de juicio con una carreta llena de acciones negativas. ¿Por qué pensamos que podremos entrar por las Puertas de la Misericordia?

Es por que la inclinación negativa nos ha vendido binoculares mágicos. Por un lado, éstos magnifican la cantidad de misericordia y perdón, y por el otro minimizan nuestras acciones negativas.

¿Qué podemos hacer acerca de este autoengaño? Podemos ignorar los binoculares de la mentira, ver realmente, y actuar con cautela. Podemos entender que cuando eliminamos y limpiamos la montaña de acciones negativas de la carreta, a través de nuestro trabajo espiritual intenso, durante este mes, ¡la carreta pasará por las Puertas!

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