domingo, 9 de agosto de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

domingo 09 Agosto 2009
Decimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario

Santa Otilia, Santa Edith Stein



Leer el comentario del Evangelio por
San Cirilo de Alejandría : «El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo»

Lecturas

1 Reyes 19,4-8.
Luego caminó un día entero por el desierto, y al final se sentó bajo una
retama. Entonces se deseó la muerte y exclamó: "¡Basta ya, Señor! ¡Quítame
la vida, porque yo no valgo más que mis padres!".
Se acostó y se quedó dormido bajo la retama. Pero un ángel lo tocó y le
dijo: "¡Levántate, come!".
El miró y vio que había a su cabecera una galleta cocida sobre piedras
calientes y un jarro de agua. Comió, bebió y se acostó de nuevo.
Pero el Angel del Señor volvió otra vez, lo tocó y le dijo: "¡Levántate,
come, porque todavía te queda mucho por caminar!".
Elías se levantó, comió y bebió, y fortalecido por ese alimento caminó
cuarenta días y cuarenta noches hasta la montaña de Dios, el Horeb.


Salmo 34(33),2-3.4-5.6-7.8-9.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis
labios.
Mi alma se gloría en el Señor; que lo oigan los humildes y se alegren.
Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: él me respondió y me libró de todos mis temores.
Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se
avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor: él lo escuchó y lo salvó de sus
angustias.
El Angel del Señor acampa en torno de sus fieles, y los libra.
¡Gusten y vean qué bueno es el Señor! ¡Felices los que en él se refugian!


San Pablo a los Efesios 4,30-32.5,1-2.
No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, que los ha marcado con un sello
para el día de la redención.
Eviten la amargura, los arrebatos, la ira, los gritos, los insultos y toda
clase de maldad.
Por el contrario, sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los
unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo.
Traten de imitar a Dios, como hijos suyos muy queridos.
Practiquen el amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por
nosotros, como ofrenda y sacrificio agradable a Dios.


Juan 6,41-51.
Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan bajado del
cielo".
Y decían: "¿Acaso este no es Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a
su padre y a su madre. ¿Cómo puede decir ahora: 'Yo he bajado del cielo'?"
Jesús tomó la palabra y les dijo: "No murmuren entre ustedes.
Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo
resucitaré en el último día.
Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios.
Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.
Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto
al Padre.
Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna.
Yo soy el pan de Vida.
Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no
muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá
eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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