viernes, 28 de agosto de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

miércoles 26 Agosto 2009
Miércoles de la Vigésimoprimera semana del Tiempo Ordinario

Santa Juana de Ages, Santa Teresa de Jesús Jornet, María Micaela del Santísimo Sacramento, San Alejandro de Bérgamo, Beata María de Jesús Crucificado, Año del Papa Celestino V



Leer el comentario del Evangelio por
San Bernardo : «Oh Dios, cera en mí un corazón puro»

Lecturas

San Pablo a los Tesalonicences 1 2,9-13.
Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos
la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una
carga.
Nuestra conducta con ustedes, los creyentes, fue siempre santa, justa e
irreprochable: ustedes son testigos, y Dios también.
Y como recordarán, los hemos exhortado y animado a cada uno personalmente,
como un padre a sus hijos,
instándoles a que lleven una vida digna del Dios que los llamó a su Reino y
a su gloria.
Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque
cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no
como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios,
que actúa en ustedes, los que creen.


Salmo 139(138),7-8.9-10.11-12.
¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiré de tu
presencia?
Si subo al cielo, allí estás tú; si me tiendo en el Abismo, estás presente.

Si tomara las alas de la aurora y fuera a habitar en los confines del mar,
también allí me llevaría tu mano y me sostendría tu derecha.
Si dijera: "¡Que me cubran las tinieblas y la luz sea como la noche a mi
alrededor!",
las tinieblas no serían oscuras para ti y la noche será clara como el día.


Mateo 23,27-32.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros
blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de
muertos y de podredumbre!
Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres,
pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los
sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos,
diciendo: 'Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos
hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas'!
De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que
mataron a los profetas.
¡Colmen entonces la medida de sus padres!


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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