miércoles, 19 de agosto de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

miércoles 19 Agosto 2009
Miércoles de la Vigésima semana del Tiempo Ordinario

San Juan Eudes, San Ezequiel Moreno



Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Crisóstomo : El hombre de la hora undécima: «Los últimos serán los primeros»

Lecturas

Jueces 9,6-15.
Entonces se reunieron todos los señores de Siquém y todo Bet Miló, y fueron
a proclamar rey a Abimélec, junto a la encina de la piedra conmemorativa
que está en Siquém.
Cuando le llevaron la noticia a Jotám, este se puso en la cima del monte
Garizím, y gritó con voz potente: "Escúchenme, señores de Siquém, y que
Dios los escuche a ustedes:
Los árboles se pusieron en camino para ungir a un rey que los gobernara.
Entonces dijeron al olivo: 'Sé tú nuestro rey'.
Pero el olivo les respondió: '¿Voy a renunciar a mi aceite con el que se
honra a los dioses y a los hombres, para ir a mecerme por encima de los
árboles?'
Los árboles dijeron a la higuera: 'Ven tú a reinar sobre nosotros'.
Pero la higuera les respondió: '¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi
sabroso fruto, para ir a mecerme por encima de los árboles?'
Los árboles le dijeron a la vid: 'Ven tú a reinar sobre nosotros'.
Pero la vid les respondió: '¿Voy a renunciar a mi mosto que alegra a los
dioses y a los hombres, para ir a mecerme por encima de los árboles?'.
Entonces, todos los árboles dijeron a la zarza: 'Ven tú a reinar sobre
nosotros'.
Pero la zarza respondió a los árboles: 'Si de veras quieren ungirme para
que reine sobre ustedes, vengan a cobijarse bajo mi sombra; de lo
contrario, saldrá fuego de la zarza y consumirá los cedros del Líbano'.


Salmo 21(20),2-3.4-5.6-7.
Señor, el rey se regocija por tu fuerza, ¡y cuánto se alegra por tu
victoria!
Tú has colmado los deseos de su corazón, no le has negado lo que pedían sus
labios.
Porque te anticipas a bendecirlo con el éxito y pones en su cabeza una
corona de oro puro.
Te pidió larga vida y se la diste: días que se prolongan para siempre.
Su gloria se acrecentó por tu triunfo, tú lo revistes de esplendor y
majestad;
le concedes incesantes bendiciones, lo colmas de alegría en tu presencia.


Mateo 20,1-16.
Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de
madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña.
Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña.
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza,
les dijo: 'Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo'.
Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo
mismo.
Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo:
'¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?'.
Ellos les respondieron: 'Nadie nos ha contratado'. Entonces les dijo:
'Vayan también ustedes a mi viña'.
Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: 'Llama a
los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando
por los primeros'.
Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada
uno un denario.
Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero
recibieron igualmente un denario.
Y al recibirlo, protestaban contra el propietario,
diciendo: 'Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo
mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor
durante toda la jornada'.
El propietario respondió a uno de ellos: 'Amigo, no soy injusto contigo,
¿acaso no habíamos tratado en un denario?
Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que
a ti.
¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a
mal que yo sea bueno?'.
Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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