lunes, 17 de agosto de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

domingo 16 Agosto 2009
Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario

San Roque



Leer el comentario del Evangelio por
San Gaudencio de Brescia : « El que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y yo en él»

Lecturas

Proverbios 9,1-6.
La Sabiduría edificó su casa, talló sus siete columnas,
inmoló sus víctimas, mezcló su vino, y también preparó su mesa.
Ella envió a sus servidoras a proclamar sobre los sitios más altos de la
ciudad:
"El que sea incauto, que venga aquí". Y al falto de entendimiento, le dice:

"Vengan, coman de mi pan, y beban del vino que yo mezclé.
Abandonen la ingenuidad, y vivirán, y sigan derecho por el camino de la
inteligencia".


Salmo 34(33),2-3.10-11.12-13.14-15.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis
labios.
Mi alma se gloría en el Señor; que lo oigan los humildes y se alegren.
Teman al Señor, todos sus santos, porque nada faltará a los que lo temen.
Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no
carecen de nada.
Vengan, hijos, escuchen: voy a enseñarles el temor del Señor.
¿Quién es el hombre que ama la vida y desea gozar de días felices?
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de palabras mentirosas.
Apártate del mal y practica el bien, busca la paz y sigue tras ella.


San Pablo a los Efesios 5,15-20.
Cuiden mucho su conducta y no procedan como necios, sino como personas
sensatas
que saben aprovechar bien el momento presente, porque estos tiempos son
malos.
No sean irresponsables, sino traten de saber cuál es la voluntad del Señor.

No abusen del vino que lleva al libertinaje; más bien, llénense del
Espíritu Santo.
Cuando se reúnan, reciten salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y
celebrando al Señor de todo corazón.
Siempre y por cualquier motivo, den gracias a Dios, nuestro Padre, en
nombre de nuestro Señor Jesucristo.


Juan 6,51-58.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá
eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".
Los judíos discutían entre sí, diciendo: "¿Cómo este hombre puede darnos a
comer su carne?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del
hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré
en el último día.
Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el
Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y
murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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