miércoles, 12 de agosto de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

miércoles 12 Agosto 2009
Miércoles de la Decimonovena semana del Tiempo Ordinario

Santa Juana Francisca Chantal, San Inocencio XI



Leer el comentario del Evangelio por
San Cesáreo de Arles : «Todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo»

Lecturas

Deuteronomio 34,1-12.
Moisés subió de las estepas de Moab al monte Nebo, a la cima del Pisgá,
frente a Jericó, y el Señor le mostró todo el país: Galaad hasta Dan,
todo Neftalí, el territorio de Efraím y Manasés, todo el territorio de Judá
hasta el mar Occidental,
el Négueb, el Distrito y el valle de Jericó - la Ciudad de las Palmeras -
hasta Soar.
Y el Señor le dijo: "Esta es la tierra que prometí con juramento a Abraham,
a Isaac y a Jacob, cuando les dije: "Yo se la daré a tus descendientes". Te
he dejado verla con tus propios ojos, pero tú no entrarás en ella".
Allí murió Moisés, el servidor del Señor, en territorio de Moab, como el
Señor lo había dispuesto.
El mismo lo enterró en el Valle, en el país de Moab, frente a Bet Peor, y
nadie, hasta el día de hoy, conoce el lugar donde fue enterrado.
Cuando murió, Moisés tenía ciento veinte años, pero sus ojos no se habían
debilitado, ni había disminuido su vigor.
Los israelitas lloraron a Moisés durante treinta días en las estepas de
Moab. Así se cumplió el período de llanto y de duelo por la muerte de
Moisés.
Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés
había impuesto sus manos sobre él; y los israelitas le obedecieron, obrando
de acuerdo con la orden que el Señor había dado a Moisés.
Nunca más surgió en Israel un profeta igual a Moisés - con quien el Señor
departía cara a cara -
ya sea por todas las señalas y prodigios que el Señor le mandó realizar en
Egipto contra el Faraón, contra todos sus servidores y contra todo su país,

ya sea por la gran fuerza y el terrible poder que él manifestó en presencia
de todo Israel.


Salmo 66(65),1-3.5.16-17.
Del maestro de coro. Canto. Salmo. ¡Aclame al Señor toda la tierra!
¡Canten la gloria de su Nombre! Tribútenle una alabanza gloriosa,
digan al Señor: "¡Qué admirables son tus obras!". Por la inmensidad de tu
poder, tus enemigos te rinden pleitesía;
Vengan a ver las obras del Señor, las cosas admirables que hizo por los
hombres:
Los que temen al Señor, vengan a escuchar, yo les contaré lo que hizo por
mí:
apenas mi boca clamó hacia él, mi lengua comenzó a alabarlo.


Mateo 18,15-20.
Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado
a tu hermano.
Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se
decida por la declaración de dos o tres testigos.
Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere
escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el
cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir
algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá.
Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en
medio de ellos".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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