domingo, 2 de agosto de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

domingo 02 Agosto 2009
Decimoctavo Domingo del Tiempo Ordinario

San Eusebio de Vercelli, San Pedro Julián Eymard (Eucaristía), San Pedro Julián Eymard, Nuestra Señora de los Ángeles



Leer el comentario del Evangelio por
Guigo el Cartujo : «Danos siempre de ese pan»

Lecturas

Exodo 16,2-4.12-15.
En el desierto, los israelitas comenzaron a protestar contra Moisés y
Aarón.
"Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto, les decían, cuando nos
sentábamos delante de las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos.
Porque ustedes nos han traído a este desierto para matar de hambre a toda
esta asamblea".
Entonces el Señor dijo a Moisés: "Yo haré caer pan para ustedes desde lo
alto del cielo, y el pueblo saldrá cada día a recoger su ración diaria. Así
los pondré a prueba, para ver si caminan o no de acuerdo con mi ley.
"Yo escuché las protestas de los israelitas. Por eso, háblales en estos
términos: "A la hora del crepúsculo ustedes comerán carne, y por la mañana
se hartarán de pan. Así sabrán que yo, el Señor, soy su Dios".
Efectivamente, aquella misma tarde se levantó una bandada de codornices que
cubrieron el campamento; y a la mañana siguiente había una capa de rocío
alrededor de él.
Cuando esta se disipó, apareció sobre la superficie del desierto una cosa
tenue y granulada, fina como la escarcha sobre la tierra.
Al verla, los israelitas se preguntaron unos a otros: "¿Qué es esto?".
Porque no sabían lo que era. Entonces Moisés les explicó: "Este es el pan
que el Señor les ha dado como alimento.


Salmo 78(77),3-4.23-24.25.54.
Lo que hemos oído y aprendido, lo que nos contaron nuestros padres,
no queremos ocultarlo a nuestros hijos, lo narraremos a la próxima
generación: son las glorias del Señor y su poder, las maravillas que él
realizó.
Entonces mandó a las nubes en lo alto y abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos el maná, les dio como alimento un trigo celestial;
todos comieron un pan de ángeles, les dio comida hasta saciarlos.
Los llevó hasta su Tierra santa, hasta la Montaña que adquirió con su mano;



San Pablo a los Efesios 4,17.20-24.
Les digo y les recomiendo en nombre del Señor: no procedan como los
paganos, que se dejan llevar por la frivolidad de sus pensamientos
Pero no es eso lo que ustedes aprendieron de Cristo,
si es que de veras oyeron predicar de él y fueron enseñados según la verdad
que reside en Jesús.
De él aprendieron que es preciso renunciar a la vida que llevaban,
despojándose del hombre viejo, que se va corrompiendo por la seducción de
la concupiscencia,
para renovarse en lo más íntimo de su espíritu
y revestirse del hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en
la verdadera santidad.


Juan 6,24-35.
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban
allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo
llegaste?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron
signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la
Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios,
el Padre, marcó con su sello".
Ellos le preguntaron: "¿Qué debemos hacer para realizar las obras de
Dios?".
Jesús les respondió: "La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él
ha enviado".
Y volvieron a preguntarle: "¿Qué signos haces para que veamos y creamos en
ti? ¿Qué obra realizas?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura:
Les dio de comer el pan bajado del cielo".
Jesús respondió: "Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del
cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo;
porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo".
Ellos le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan".
Jesús les respondió: "Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá
hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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