viernes, 7 de agosto de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

viernes 07 Agosto 2009
Viernes de la Decimoctava semana del Tiempo Ordinario

San Cayetano, San Sixto II



Leer el comentario del Evangelio por
San Juan de la Cruz : «El que pierda la vida por mi causa, la encontrará»

Lecturas

Deuteronomio 4,32-40.
Pregúntale al tiempo pasado, a los días que te han precedido desde que el
Señor creó al hombre sobre la tierra, si de un extremo al otro del cielo
sucedió alguna vez algo tan admirable o se oyó una cosa semejante.
¿Qué pueblo oyó la voz de Dios que hablaba desde el fuego, como la oíste
tú, y pudo sobrevivir?.
¿O qué dios intentó venir a tomar para sí una nación de en medio de otra,
con milagros, signos y prodigios, combatiendo con mano poderosa y brazo
fuerte, y realizando tremendas hazañas, como el Señor, tu Dios, lo hizo por
ustedes en Egipto, delante de tus mismos ojos?.
A ti se te hicieron ver todas estas cosas, para que sepas que el Señor es
Dios, y que no hay otro dios fuera de él.
El te hizo oír su voz desde el cielo para instruirte; en la tierra te
mostró su gran fuego, y desde ese fuego tú escuchaste sus palabras.
Por amor a tus padres, y porque eligió a la descendencia que nacería de
ellos, el Señor te hizo salir de Egipto con su presencia y su gran poder;
desposeyó a naciones más numerosas y fuertes que tú, te introdujo en sus
territorios y te los dio como herencia, hasta el día de hoy.
Reconoce hoy y medita en tu corazón que el Señor es Dios - allá arriba, en
el cielo y aquí abajo, en la tierra - y no hay otro.
- Observa los preceptos y los mandamientos que hoy te prescribo. Así serás
feliz, tú y tus hijos después de ti, y vivirás mucho tiempo en la tierra
que el Señor, tu Dios, te da para siempre.


Salmo 77(76),12-13.14-15.16.21.
Yo recuerdo las proezas del Señor, sí, recuerdo sus prodigios de otro
tiempo;
evoco todas sus acciones, medito en todas sus hazañas.
Tus caminos son santos, Señor. ¿Hay otro dios grande como nuestro Dios?
Tú eres el Dios que hace maravillas, y revelaste tu poder entre las
naciones.
Con tu brazo redimiste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José.
Tú guiaste a tu pueblo como a un rebaño, por medio de Moisés y de Aarón.


Mateo 16,24-28.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "El que quiera venir detrás de mí,
que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a
causa de mí, la encontrará.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y
qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus
ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.
Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de
ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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