jueves, 6 de agosto de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

jueves 06 Agosto 2009
La Transfiguración del Señor - Fiesta

La Transfiguración del Señor



Leer el comentario del Evangelio por
San Juan Damasceno : «Aparte, a un alta montaña»

Lecturas

Daniel 7,9-10.13-14.
Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se
sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza
como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente.

Un río de fuego brotaba y corría delante de él. Miles de millares lo
servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal
se sentó y fueron abiertos unos libros
Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las
nubes del cielo como un Hijo de hombre; él avanzó hacia el Anciano y lo
hicieron acercar hasta él.
Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los
pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará,
y su reino no será destruido.


Salmo 97
(96),1-2.5-6.9.
¡El Señor reina! Alégrese la tierra, regocíjense las islas incontables.
Nubes y Tinieblas lo rodean, la Justicia y el Derecho son la base de su
trono.
Las montañas se derriten como cera delante del Señor, que es el dueño de
toda la tierra.
Los cielos proclaman su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria.
Porque tú, Señor, eres el Altísimo: estás por encima de toda la tierra,
mucho más alto que todos los dioses.


Marcos 9,2-10.
Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos
solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos.
Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el
mundo podría blanquearlas.
Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas,
una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor.
Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: "Este
es mi Hijo muy querido, escúchenlo".
De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con
ellos.
Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto,
hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría
"resucitar de entre los muertos".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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