martes, 14 de julio de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

martes 14 Julio 2009
Martes de la Decimoquinta semana del Tiempo Ordinario

San Camilo de Lelis



Leer el comentario del Evangelio por
Pablo Vi : Cristo nos llama a todos a la conversión

Lecturas

Exodo 2,1-15.
Un hombre de la familia de Leví se casó con la hija de un levita.
La mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que era muy hermoso, lo
mantuvo escondido durante tres meses.
Cuando ya no pudo ocultarlo más tiempo, tomó una cesta de papiro y la
impermeabilizó con betún y pez. Después puso en ella al niño y la dejó
entre los juncos, a orillas del Nilo.
Pero la hermana del niño se quedó a una cierta distancia, para ver qué le
sucedería.
La hija del Faraón bajó al Nilo para bañarse, mientras sus doncellas se
paseaban por la ribera. Al ver la cesta en medio de los juncos, mandó a su
esclava que fuera a recogerla.
La abrió, y vio al niño que estaba llorando; y llena de compasión, exclamó:
"Seguramente es un niño de los hebreos".
Entonces la hermana del niño dijo a la hija del Faraón: "¿Quieres que vaya
a buscarte entre las hebreas una nodriza para que te lo críe"?.
"Sí", le respondió la hija del Faraón. La jovencita fue a llamar a la madre
del niño,
y la hija del Faraón le dijo: "Llévate a este niño y críamelo; yo te lo voy
a retribuir". La mujer lo tomó consigo y lo crió;
y cuando el niño creció, lo entregó a la hija del Faraón, que lo trató como
a un hijo y le puso el nombre de Moisés, diciendo: "Sí, yo lo saqué de las
aguas".
Siendo ya un hombre, Moisés salió en cierta ocasión a visitar a sus
hermanos, y observó los penosos trabajos a que estaban sometidos. También
vio que un egipcio maltrataba a un hebreo, a uno de sus hermanos.
Entonces dirigió una mirada a su alrededor, y como no divisó a nadie, mató
al egipcio y lo escondió en la arena.
Al día siguiente regresó y encontró a dos hebreos que se estaban pelando.
"¿Por qué golpeas a tu compañero?" Preguntó al agresor.
Pero este le respondió: "¿Quién te ha constituido jefe o árbitro nuestro?
¿Acaso piensas matarme como mataste al egipcio?". Moisés sintió temor y
pensó: "Por lo visto, el asunto ha trascendido".
En efecto, el Faraón se enteró de lo sucedido, y buscó a Moisés para
matarlo. Pero este huyó del Faraón, y llegó al país de Madián. Allí se
sentó junto a un pozo.


Salmo 69,3.14.30-31.33-34.
Estoy hundido en el fango del Abismo y no puedo hacer pie; he caído en las
aguas profundas, y me arrastra la corriente.
Pero mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento favorable: respóndeme,
Dios mío, por tu gran amor, sálvame, por tu fidelidad.
Yo soy un pobre desdichado, Dios mío, que tu ayuda me proteja:
así alabaré con cantos el nombre de Dios, y proclamaré su grandeza dando
gracias;
Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor:
porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos.


Mateo 11,20-24.
Entonces Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había
realizado más milagros, porque no se habían convertido.
"¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros
realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo
que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza.
Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos
rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás
precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se
hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría.
Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada
menos rigurosamente que tú".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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