miércoles, 22 de julio de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

miércoles 22 Julio 2009
Santa María Magdalena - Memoria

Santa María Magdalena, Postulador beatificación: P. Francisco Manuel Rodriguez



Leer el comentario del Evangelio por
San Romano el Melódico : María Magdalena, apóstol al lado de los apóstoles

Lecturas

San Pablo a los Corintios 2 5,14-17.
Porque el amor de Cristo nos apremia, al considerar que si uno solo murió
por todos, entonces todos han muerto.
Y él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí
mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con
criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no
lo conocemos más así.
El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un
ser nuevo se ha hecho presente.


Salmo 63,2.3-4.5-6.8-9.
Señor, tú eres mi Dios, yo te busco ardientemente; mi alma tiene sed de ti,
por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua.
Sí, yo te contemplé en el Santuario para ver tu poder y tu gloria.
Porque tu amor vale más que la vida, mis labios te alabarán.
Así te bendeciré mientras viva y alzaré mis manos en tu Nombre.
Mi alma quedará saciada como con un manjar delicioso, y mi boca te alabará
con júbilo en los labios.
veo que has sido mi ayuda y soy feliz a la sombra de tus alas.
Mi alma está unida a ti, tu mano me sostiene,


Juan 20,1-2.11-18.
El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro,
María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada.
Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba,
y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han
puesto".
María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras
lloraba, se asomó al sepulcro
y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a
los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
Ellos le dijeron: "Mujer, ¿por qué lloras?". María respondió: "Porque se
han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto".
Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo
reconoció.
Jesús le preguntó: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?". Ella,
pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: "Señor, si tú lo
has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo".
Jesús le dijo: "¡María!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo:
"¡Raboní!", es decir "¡Maestro!".
Jesús le dijo: "No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a
decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el
Dios de ustedes'".
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y
que él le había dicho esas palabras.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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