martes 28 Julio 2009
Martes de la Decimoseptima semana del Tiempo Ordinario
San Victor I , Beata María Teresa Kowalska, San Sarbeliusz Makhluf, San Pedro Poveda
Leer el comentario del Evangelio por
Catecismo de la Iglesia Católica : «Creo en la Iglesia una, santa, católica y apostólica»
Lecturas
Exodo 33,7-11.34,5-9.28.
Moisés tomó la Carpa. la instaló fuera del campamento, a una cierta
distancia, y la llamó Carpa del Encuentro. Así, todo el que tenía que
consultar al Señor debía dirigirse a la Carpa del Encuentro, que estaba
fuera del campamento.
Siempre que Moisés se dirigía hacia la Carpa, todo el pueblo se levantaba,
se apostaba a la entrada de su propia carpa y seguía con la mirada a Moisés
hasta que él entraba en ella.
Cuando Moisés entraba, la columna de nube bajaba y se detenía a la entrada
de la Carpa del Encuentro, mientras el Señor conversaba con Moisés.
Al ver la columna de nube, todo el pueblo se levantaba, y luego cada uno se
postraba a la entrada de su propia carpa.
El Señor conversaba con Moisés cara a cara, como lo hace un hombre con su
amigo. Después Moisés regresaba al campamento, pero Josué - hijo de Nun, su
joven ayudante - no se apartaba del interior de la Carpa.
El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó
el nombre del Señor.
El Señor pasó delante de él y exclamó: "El Señor es un Dios compasivo y
bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad.
El mantiene su amor a lo largo de mil generaciones y perdona la culpa, la
rebeldía y el pecado; sin embargo, no los deja impunes, sino que castiga la
culpa de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y cuarta
generación."
Moisés cayó de rodillas y se postró,
diciendo: "Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en
medio de nosotros. Es verdad que este es un pueblo obstinado, pero perdona
nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia".
Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer
ni beber. Y escribió sobre las tablas las palabras de la alianza, es decir,
los diez Mandamientos.
Salmo 103(102),6-7.8-9.10-11.12-13.
El Señor hace obras de justicia y otorga el derecho a los oprimidos;
él mostró sus caminos a Moisés y sus proezas al pueblo de Israel.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran
misericordia;
no acusa de manera inapelable ni guarda rencor eternamente;
no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.
Cuanto se alza el cielo sobre la tierra, así de inmenso es su amor por los
que lo temen;
cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros
pecados.
Como un padre cariñoso con sus hijos, así es cariñoso el Señor con sus
fieles;
Mateo 13,36-43.
Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se
acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo".
El les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la
cizaña son los que pertenecen al Maligno,
y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y
los cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera
sucederá al fin del mundo.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino
todos los escándalos y a los que hicieron el mal,
y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de
dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El
que tenga oídos, que oiga!
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Hace 5 años
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