viernes, 24 de julio de 2009

EL EVANGELIO DE HOY

viernes 24 Julio 2009
Viernes de la Decimosexta semana del Tiempo Ordinario

Santa Cristina de Bolsena , San Charbel Makhluf, Beato Juan Soreth, San Francisco Solano, Santa Cunegunda



Leer el comentario del Evangelio por
San Agustín : «Ciento o sesenta o treinta por uno»

Lecturas

Exodo 20,1-17.
Entonces Dios pronunció estas palabras:
"Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar en
esclavitud.
No tendrás otros dioses delante de mí.
No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el
cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.
No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor,
tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos,
hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen;
y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen
mis mandamientos.
No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará
sin castigo al que lo pronuncie en vano.
Acuérdate del día sábado para santificarlo.
Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas;
pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no
harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu
esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades.
Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que
hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día
sábado y lo declaró santo.
Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra
que el Señor, tu Dios, te da.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo,
ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa
que le pertenezca.


Salmo 19,8.9.10.11.
La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor
es verdadero, da sabiduría al simple.
Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos
del Señor son claros, iluminan los ojos.
La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor
son la verdad, enteramente justos.
Son más atrayentes que el oro, que el oro más fino; más dulces que la miel,
más que el jugo del panal.


Mateo 13,18-23.
Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador.
Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno
y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió
la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la
Palabra, la acepta en seguida con alegría,
pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene
una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente
sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra,
pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan,
y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y
la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por
uno".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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